¿Sabías que la Costa Blanca también esconde pueblos de cuento?
La mayoría visita la Costa Blanca por el sol y el mar… pero se enamora de sus pueblos. Si te alojas en Finca Olivar, estás a un paso de descubrir aldeas blancas, castillos sobre acantilados y calles estrechas llenas de historia. Un plan perfecto para viajeros que buscan más que playa.
Si estás planeando una escapada a la Costa Blanca y buscas algo más que sol y playa, alojarte en Finca Olivar (ver disponibilidad aquí) puede ser la opción perfecta. Rodeada de naturaleza y tranquilidad, nuestra finca es el punto de partida ideal para descubrir la cara más auténtica del Mediterráneo.
En menos de una hora en coche, puedes ver pueblos con encanto, cultura local, buena gastronomía y paisajes que te invitan a desconectar y reconectar contigo mismo.
Cuando te sumerges en un entorno natural como Finca Olivar, el ritmo se desacelera y el entorno cobra sentido. Y si además te apetece explorar rincones llenos de alma, estás en el lugar indicado: la Costa Blanca rural está llena de tesoros a pocos kilómetros.
Aquí te compartimos algunos de nuestros pueblos favoritos, todos a menos de 1 hora. Perfectos para una escapada tranquila, auténtica y muy mediterránea.
Costa Blanca es mucho más que sol y playa
Cuando pensamos en la Costa Blanca, lo primero que suele venir a la mente son sus playas de aguas cristalinas y su clima envidiable. Pero este rincón del Mediterráneo esconde mucho más: pueblos con encanto, rutas rurales, paisajes de montaña y una forma de vida tranquila que invita a desconectar.
Desde Finca Olivar, situada en pleno corazón de este paraíso natural, puedes descubrir rincones auténticos que aún conservan su esencia. A solo unos minutos en coche te esperan pueblos blancos, plazas tranquilas, calles empedradas y vistas que te dejan sin aliento.
En este artículo te llevamos a conocer algunos de los pueblos más bonitos cerca de Finca Olivar, perfectos para una escapada diferente, lejos del bullicio y cerca de lo verdadero.
Altea: blanco, azul y esencia mediterránea
Altea es uno de esos lugares que parecen salidos de una postal. Su casco antiguo, con casas encaladas y puertas de colores, se despliega en calles empedradas que serpentean hasta lo alto, donde se encuentra la icónica iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Desde allí, las vistas al mar Mediterráneo son inigualables y la luz que lo baña todo invita a la calma.
Pasear por Altea es una experiencia sensorial: galerías de arte, pequeños talleres de artesanos, terrazas con encanto y el sonido del mar de fondo. A lo largo del paseo marítimo, puedes disfrutar de una cocina mediterránea de calidad, tomar un café con vistas o simplemente sentarte a contemplar la belleza tranquila del entorno.
Además de su belleza, Altea es perfecta para quienes buscan una escapada relajada pero con un toque cultural. Su ambiente bohemio, su oferta cultural durante todo el año y la posibilidad de recorrer sus playas y calas cercanas la convierten en una parada imprescindible en cualquier ruta por la Costa Blanca.
📍25 min desde Finca Olivar (Consulta aquí el mapa)
Polop: un rincón con historia y fuentes
Polop es uno de los pueblos con más carácter del interior de la Costa Blanca. Situado en un entorno montañoso, destaca por su entramado de calles estrechas y su herencia árabe visible en cada rincón. Al llegar, lo primero que llama la atención es la famosa fuente de los 221 caños, símbolo del pueblo y lugar ideal para una parada refrescante.
Subir hasta las ruinas del castillo de Polop es casi obligatorio. El camino está lleno de encanto, con miradores que ofrecen vistas espectaculares del valle y de la Sierra de Aitana. Al llegar a lo alto, las vistas panorámicas recompensan el paseo, mientras se respira historia en un entorno tranquilo y poco masificado.
Fuente: Comunitat Valenciana
Polop también es un lugar ideal para disfrutar de la gastronomía tradicional en un ambiente auténtico. Sus bares y pequeños restaurantes ofrecen platos típicos de la montaña alicantina, como el arroz al horno o la olleta. Todo ello en un entorno que parece detenido en el tiempo, perfecto para desconectar.
Guadalest: un pueblo entre montañas
Guadalest es, sin duda, uno de los pueblos más impresionantes de la provincia de Alicante. Encaramado sobre un risco y rodeado de montañas, este lugar parece salido de un cuento medieval. La entrada al casco antiguo se hace a través de un túnel tallado en la roca, lo que ya anticipa una experiencia diferente.
Una vez dentro, las callejuelas empedradas conducen a miradores espectaculares desde los que se puede contemplar el embalse de Guadalest, de un color azul intenso que contrasta con el paisaje rocoso. Además, el pueblo alberga varios museos curiosos, como el de microminiaturas o el museo etnológico, perfectos para quienes buscan algo más que paisajes.
Guadalest es ideal para una escapada de día completo que combine historia, naturaleza y cultura. Puedes recorrer el castillo, tomar algo en sus plazas tranquilas o simplemente sentarte a contemplar la belleza del entorno. Sin duda, es uno de esos lugares que deja huella.
Villajoyosa: color, sabor y mar
Famoso por sus casas de colores frente al mar y su tradición chocolatera. Un lugar ideal para pasear por el paseo marítimo, probar marisco fresco o visitar el museo del chocolate.
conocida por sus fachadas multicolores frente al Mediterráneo, es un auténtico regalo para la vista y el alma. Pasear por su casco antiguo es como caminar dentro de una pintura viva: casas estrechas de colores vibrantes, calles adoquinadas y el murmullo constante del mar al fondo. Este toque alegre no es casual: antiguamente, los pescadores pintaban sus casas de diferentes tonos para poder distinguirlas desde el mar.
Pero Villajoyosa no solo enamora por su estética. Esta localidad costera tiene una identidad muy marcada gracias a su rica historia marinera y a una tradición chocolatera que la hace aún más especial. Aquí se encuentra la sede de la histórica fábrica Valor, donde se puede visitar su museo del chocolate, degustar productos artesanales y entender por qué esta villa también es conocida por su sabor.
Además de su arquitectura y su gastronomía, Villajoyosa ofrece playas tranquilas de arena dorada, ideales para relajarse en familia o disfrutar de un baño en aguas cristalinas. Es un destino que combina perfectamente cultura, mar y autenticidad, sin el bullicio de otras zonas más turísticas. Perfecta para una escapada con todos los sentidos.
Benimantell: el alma del valle
Menos turístico, pero encantador. Rodeado de naturaleza, es perfecto para quienes buscan desconexión, gastronomía local y senderos entre almendros y olivos.
En pleno corazón del valle de Guadalest, rodeado de almendros y montañas, se encuentra Benimantell, un pequeño pueblo que conserva intacta la esencia rural del interior alicantino. Su ubicación privilegiada lo convierte en una puerta natural a rutas de senderismo, miradores y una calma difícil de encontrar en otros lugares.
Benimantell es ideal para quienes buscan una escapada relajante, lejos del turismo masivo. Aquí, el tiempo parece transcurrir más despacio. Puedes pasear por sus calles silenciosas, descubrir su iglesia centenaria o sentarte en alguna terraza con vistas al valle. Además, el entorno natural que lo rodea es perfecto para conectar con la montaña sin necesidad de largas travesías.
Fuente: Comunitat Valenciana
La gastronomía local es otro de sus grandes atractivos. En Benimantell puedes degustar platos tradicionales de montaña, como el arroz con costra, la pericana o la olleta de blat. Todo elaborado con ingredientes de la zona y servido en restaurantes familiares donde se cocina con mimo. Un lugar auténtico que te invita a respirar hondo y disfrutar sin prisa.
Sella: entre montañas y aguas
Sella es uno de esos pueblos que sorprenden por su equilibrio entre naturaleza salvaje y tradición bien conservada. Escondido entre las montañas de la sierra de Aitana, este pequeño municipio es perfecto para quienes buscan una escapada tranquila, rodeada de aire puro, sonidos de agua y paisajes que invitan a explorar… o simplemente a respirar.
Fuente: Comunitat Valenciana
El pueblo conserva su trazado morisco, con callejuelas estrechas que serpentean entre casas encaladas. Uno de sus grandes tesoros son las antiguas acequias que aún hoy canalizan el agua de manantial y dan vida a los huertos y lavaderos tradicionales. El murmullo constante del agua acompaña los paseos, y ofrece rincones con mucho encanto, como la Font Major, perfecta para sentarse a la sombra y desconectar.
Además, Sella es muy valorado por los aficionados al senderismo y a la escalada, gracias a su cercanía con rutas como la del Pas de la Rabosa o la del Barranc de l’Arc. Pero no hace falta ser deportista para disfrutar de este entorno: sus parajes naturales, sus pozas y su ritmo pausado lo convierten en un lugar ideal para reconectar con lo esencial. Sella es autenticidad en estado puro.
Castell de Castells: historia en la montaña
Si te apasiona la historia antigua o simplemente buscas un plan diferente en plena naturaleza, explorar las cuevas prehistóricas de la Costa Blanca es una experiencia que no te puedes perder. En esta zona montañosa del interior de Alicante, se esconden joyas arqueológicas que permiten asomarse a la vida de nuestros antepasados. En particular, en la zona de Castell de Castells, a menos de 40 minutos de Finca Olivar, se encuentran dos de los sitios más fascinantes de la Costa Blanca: Pla de Petracos y Cueva del Somo.
Pla de Petracos
Rodeado de naturaleza salvaje y restos arqueológicos, este sitio te lleva a tiempos antiguos. Ideal para senderistas y curiosos de la historia.
La visita permite adentrarse en la historia de las primeras comunidades que habitaron la región y admirar sus expresiones artísticas plasmadas en las rocas.
Además del valor histórico y artístico, el entorno natural que rodea al santuario invita al reposo y a la contemplación, brindando un equilibrio entre cultura y tranquilidad.
Fuente: Santuario del Pla de Petracos en La Marina Plaza
Visitar el Santuario de Pla de Petracos es una experiencia única para conectar con el pasado en un entorno donde se entrelazan la belleza natural, la tranquilidad y un valioso patrimonio cultural. Este lugar excepcional en la Costa Blanca es ideal para quienes buscan una escapada serena y enriquecedora, que combine historia, arte y naturaleza.
Cueva del Somo
Por otro lado, Cova del Somo, situada igualmente cerca del municipio de Castell de Castells, no solo ofrece un entorno natural impresionante, sino también restos arqueológicos y pictóricos de gran valor, como pinturas rupestres que datan de miles de años. La visita es ideal tanto para familias como para amantes del senderismo y la arqueología.
A diferencia de otros planes más activos, esta propuesta es perfecta si prefieres una escapada tranquila con un enfoque cultural. La zona invita al descanso y a la contemplación, mientras aprendes sobre las primeras comunidades humanas que habitaron estas tierras. Puedes combinar la excursión con una comida local o una noche en una finca rural cercana.
Fuente: Alicante Digital
Explorar lugares como la Cova del Somo es una forma especial de conectar con la historia desde un entorno natural y auténtico. Si te interesa el arte rupestre o buscas una experiencia que mezcle naturaleza, cultura y silencio, este rincón del interior de Alicante te sorprenderá.
La Nucía: deporte, naturaleza y diversión para familias
Situada entre las montañas y el Mediterráneo, La Nucía es uno de esos lugares que combinan lo mejor de ambos mundos: tranquilidad y vitalidad, tradición y modernidad. A solo unos minutos de Benidorm y Altea, este municipio ofrece un ritmo de vida más pausado, rodeado de naturaleza, pero con todas las comodidades a tu alcance. Ideal para una escapada en la que busques respirar hondo, explorar y reconectar.
Uno de los grandes atractivos de La Nucía es su fuerte apuesta por el deporte y la vida activa. Ha sido reconocida como "Ciudad Europea del Deporte" y cuenta con modernas instalaciones deportivas, senderos señalizados y circuitos al aire libre que permiten disfrutar del entorno sin prisas. Desde paseos suaves hasta rutas de montaña, es perfecta tanto para familias como para amantes del senderismo o la bici.
Pero no todo es actividad física. El casco urbano de La Nucía conserva su esencia tradicional, con plazas tranquilas, miradores con vistas al mar y un calendario de eventos culturales y gastronómicos durante todo el año.
Fuente: Rafolas67 en TripAdvisor
Y si viajas con niños, La Nucía es una ubicación perfecta porque está muy cerca de atracciones que les encantarán, como el famoso Dino Park Algar.
Este parque temático es una aventura fascinante para toda la familia, donde los más pequeños pueden caminar entre dinosaurios a tamaño real, interactuar con figuras robóticas y explorar zonas de juego diseñadas especialmente para ellos.
Dino Park Algar para toda la familia
Dino Park Algar ES un parque temático donde podrás caminar rodeado de dinosaurios. Este parque combina aventura y educación, con dinosaurios robóticos, estáticos y sonoros a tamaño real que harán las delicias de grandes y chicos.
Además de los dinosaurios, el parque ofrece varias zonas de juego pensadas especialmente para los niños, incluyendo una pequeña charca donde pueden refrescarse en los días calurosos. También cuenta con una sala de cine en 3D, un jardín botánico para explorar la naturaleza y una zona de excavación, donde los niños pueden sentirse como auténticos paleontólogos en busca de fósiles.
El Dino Park Algar está abierto todos los días, excepto en los meses de enero y diciembre, lo que lo convierte en una opción perfecta para incluir en tus vacaciones en familia. ¡Una experiencia divertida y educativa que no te puedes perder!
Fuente: demediterraning.com
La Nucía también está cerca de otras opciones para que los niños disfruten y aprendan, como las Fuentes del Algar, un espacio natural con cascadas y pozas ideales para refrescarse en verano, y senderos adaptados para familias que permiten descubrir la naturaleza sin grandes esfuerzos. Todo esto convierte a La Nucía en un destino familiar ideal, donde grandes y pequeños pueden disfrutar juntos de experiencias únicas y al aire libre.
Así, mientras los adultos aprovechan para relajarse o hacer rutas de montaña, los niños se mantienen entretenidos y llenos de emoción, haciendo de cada día una aventura memorable para toda la familia.
🧳 ¿Listo para descubrirlos?
La Costa Blanca es mucho más que sol y playa. Es historia escrita en piedra, es el azul intenso del Mediterráneo asomando entre montañas, es el murmullo del agua en un pueblo blanco. Desde Finca Olivar, tienes la oportunidad de descubrir una versión más auténtica, natural y tranquila de esta región, donde cada rincón guarda una historia que merece ser vivida.
Tanto si buscas desconectar en plena naturaleza, como si te apetece explorar pueblos con alma, probar la gastronomía local o disfrutar de planes familiares, aquí lo tienes todo a menos de 1 hora de la finca. Desde cuevas prehistóricas hasta museos escondidos entre montañas, pasando por cascos antiguos llenos de color y tradiciones.
Finca Olivar es el punto de partida perfecto para tu próxima escapada con sentido. ¿Te animas a descubrir estos tesoros a tu ritmo, rodeado de calma, cultura y paisajes que inspiran? El viaje empieza aquí.
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