En la costa alicantina, entre calas de aguas cristalinas y montañas que se asoman al Mediterráneo, se encuentra Moraira, un destino que ha sabido mantener su esencia de pequeño pueblo pesquero a pesar de su creciente popularidad. Con un clima privilegiado, un entorno natural envidiable y una gastronomía de primer nivel, Moraira es uno de los rincones más encantadores de la Costa Blanca.
Si buscas un lugar donde desconectar, disfrutar del mar y saborear lo mejor de la cocina mediterránea, sigue leyendo porque Moraira te conquistará.
1. Historia de Moraira: de pueblo pesquero a destino exclusivo
Aunque hoy Moraira es un destino turístico de primer nivel, sus orígenes están ligados a la pesca y la agricultura. Durante siglos, su economía dependió de la captura de peces y la producción de vino de moscatel, una tradición que aún perdura en los viñedos de la zona.
Con la llegada del turismo en la segunda mitad del siglo XX, Moraira empezó a transformarse en un destino vacacional, pero sin perder su carácter auténtico. A diferencia de otras localidades costeras, aquí no encontrarás grandes rascacielos ni urbanizaciones masificadas. El municipio ha apostado por un crecimiento sostenible, conservando su encanto tradicional y su belleza natural.
2. Playas y calas de ensueño
Si algo distingue a Moraira es la calidad de sus playas y calas, que combinan arena fina y dorada con pequeñas bahías de roca perfectas para el snorkel.
- Playa de l’Ampolla: la playa más grande y popular de Moraira, ideal para familias por su arena suave y aguas poco profundas. Desde aquí se disfruta de una vista espectacular del castillo de Moraira.
- Cala del Portet: una pequeña bahía con forma de concha y aguas turquesas, perfecta para nadar o hacer kayak.
- Cala Llebeig: una cala escondida entre acantilados, a la que solo se puede llegar a pie o en barco, lo que la convierte en un refugio de tranquilidad.
3. Gastronomía local: los sabores del Mediterráneo
Moraira es también un paraíso gastronómico. Su herencia pesquera se refleja en sus platos más emblemáticos, donde los productos del mar son los protagonistas. Algunos de los imprescindibles que debes probar son:
- Arroz a banda: un arroz cocinado en caldo de pescado, típico de la Costa Blanca.
- Gamba roja de Dénia: un manjar muy apreciado por su sabor intenso.
- Cruet de peix: un guiso marinero con diferentes tipos de pescado y patatas.
- Vino de Moscatel: producido en los viñedos de Teulada-Moraira, este vino dulce es perfecto para acompañar los postres.
Para disfrutar de la mejor gastronomía local, te recomendamos visitar restaurantes como “Dauphin”, con vistas al mar, o “Racó de l’Arroz”, especializado en arroces tradicionales.
4. Rutas escénicas y actividades al aire libre
Moraira no solo es un destino para relajarse en la playa, sino también un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza y el deporte al aire libre.
- Subida al Cap d’Or: un sendero corto pero intenso que conduce a una torre vigía del siglo XVI, desde donde se obtienen unas vistas espectaculares de la costa.
- Ruta ecológica de Benissa: un paseo entre acantilados con vistas impresionantes del Mediterráneo.
- Buceo y snorkel: las aguas cristalinas de Moraira son ideales para explorar la vida marina. La reserva marina del Cap de Sant Antoni es un punto de inmersión muy popular.
5. Un destino que combina tradición y exclusividad
Moraira ha logrado el equilibrio perfecto entre conservar su esencia y ofrecer un turismo de calidad. Aquí no encontrarás el bullicio de otras localidades más masificadas, sino un ambiente relajado, ideal para quienes buscan desconectar y disfrutar del Mediterráneo en su máxima expresión.
Ya sea paseando por su encantador puerto, descubriendo sus calas escondidas o saboreando un buen arroz frente al mar, Moraira es un destino que enamora a todo aquel que lo visita.
