La provincia de Alicante es un paraíso para los amantes de la gastronomía y de la buena comida, donde la tradición mediterránea se mezcla con productos frescos de la tierra y el mar. En esta ruta gastronómica por Moraira, Teulada y Alicante, descubrirás los platos más representativos que reflejan la identidad culinaria de cada localidad, desde su famoso arroz a banda y su suquet de peix en la costa, hasta los guisos y embutidos del interior.
Prepárate para un viaje de sabores auténticos, perfecto para quienes buscan experimentar lo mejor de la cocina alicantina.
Ruta gastronómica: Moraira, Teulada y Alicante
La gastronomía de la provincia de Alicante es un reflejo vivo de su cultura, historia y entorno mediterráneo. Desde la brisa del mar hasta la riqueza de sus tierras, cada localidad aporta sabores únicos que convierten a esta región en un destino imprescindible para los amantes de la buena comida.
En esta ruta culinaria exploraremos tres joyas alicantinas —Moraira, Teulada y Alicante—, donde la tradición y la frescura se combinan para ofrecer platos auténticos que conquistarán tu paladar.
Prepárate para descubrir los ingredientes, recetas y productos que hacen de esta zona un referente gastronómico en España.
Moraira
Esta villa marinera destaca por su frescura y platos con productos del mar. Moraira es una encantadora villa marinera situada en la Costa Blanca, conocida por su ambiente tranquilo y su exquisita oferta gastronómica basada en productos frescos del mar.
Sus playas y puerto pesquero no solo atraen a visitantes, sino que también garantizan una materia prima de primera calidad para sus restaurantes, donde los sabores tradicionales mediterráneos se mantienen vivos en cada plato, como:
- Arroz a banda y caldero: platos estrella, preparados con pescado fresco capturado localmente. El arroz a banda es un plato marinero típico de Alicante y Moraira, elaborado con caldo de pescado (fumet) y mariscos, donde el arroz se cocina por separado del pescado. Su sabor intenso proviene del sofrito con ñora y del caldo concentrado. Por otro lado, el caldero de Moraira, también se sirve en dos partes: primero el pescado guisado y, después, el arroz cocinado con su caldo. Ambos platos representan la tradición pesquera y el uso sabio del producto local.
- Suquet de peix: guiso de pescado y marisco con patatas, típico de la costa mediterránea. Se elabora con pescado fresco de roca, marisco, patatas y un sofrito de tomate, ajo y ñora. Todo se cocina lentamente con un buen fumet, lo que le da un sabor intenso y casero. Es un plato humilde en origen, creado por pescadores con el pescado que no podían vender.
- Gamba roja de Dénia: uno de los productos más valorados del Mediterráneo, reconocida por su sabor dulce e intenso y su textura delicada. Capturada en aguas profundas frente a la costa de Dénia, su calidad ha sido elogiada por chefs y gastrónomos a nivel nacional. Se suele cocinar a la plancha con sal marina o en preparaciones sencillas que respeten su sabor natural. Es habitual encontrarla en las cartas de los mejores restaurantes de la Marina Alta y la provincia de Alicante.
- Tardes de “clòtxina” (mejillones): muy popular en temporada, preparados a la marinera. Este molusco, muy apreciado por su sabor suave y textura jugosa, se suele disfrutar fresco y cocinado al vapor con un toque de limón o en recetas sencillas que realzan su sabor natural. Compartir una ración de clòtxinas entre amigos o en familia es sinónimo de buenos momentos, charlas relajadas y la auténtica experiencia gastronómica mediterránea.
Dulces tradicionales de Moraira
Los dulces de Moraira reflejan la rica tradición repostera de esta villa marinera, donde recetas transmitidas de generación en generación combinan ingredientes sencillos con sabores intensos.
Desde los pestiños bañados en miel hasta las esponjosas cocas de llanda, los postres locales son un verdadero deleite que complementa perfectamente la frescura y sencillez de su cocina mediterránea. Probar estos dulces es sumergirse en la cultura y el corazón de Moraira.
- Pestiños: masa frita con sabor a anís o vino dulce, bañada en miel o azúcar. Muy populares en la época de Semana Santa y Navidad. Se trata de una masa frita, aromatizada con aceite de oliva y a menudo con un toque de anís o miel, que se espolvorea con azúcar o se baña en miel tras la fritura. Crujientes por fuera y tiernos por dentro, los pestiños son un clásico en las mesas alicantinas, signo de la influencia andaluza en la repostería local y la tradición familiar que se mantiene viva generación tras generación.
- Panellets: pequeños dulces de almendra y azúcar, cubiertos con piñones o coco rallado, perfectos para cualquier época del año. Se elaboran con una masa fina y crujiente, frita hasta dorarse, y luego se bañan en miel o se espolvorean con azúcar. Su sabor dulce y textura ligera los convierten en un postre muy apreciado, que refleja la rica herencia culinaria de la región.
- Coca de llanda: bizcocho esponjoso con toques de cítricos como naranja o limón. Tradicionalmente horneado en una bandeja rectangular de metal llamada “llanda”, este postre se destaca por su textura suave y su sabor delicado, siendo un imprescindible en las panaderías y hogares de la región.

Coca de llanda. Receta tradicional paso a paso - ABC
Teulada
La gastronomía de Teulada combina con maestría los sabores del mar y la montaña, ofreciendo platos de la tradición agrícola y marinera. Guisos como la olleta alicantina o el arroz con conejo y caracoles destacan por su sabor intenso y casero, mientras que los embutidos artesanales y los quesos locales complementan una cocina auténtica, llena de historia y tradición.
- Arroz con conejo y caracoles: plato típico de la zona interior con ingredientes de la huerta y el campo. Este guiso se cocina lentamente junto con verduras y especias que realzan su sabor. Es una receta rural muy arraigada, que refleja la tradición mediterránea y el aprovechamiento de productos locales. Su textura y sabor convierten a este plato en una delicia imprescindible para quienes quieren probar la cocina más auténtica de la región.
- Olleta alicantina: guiso contundente con alubias, arroz y carne de cerdo. Se trata de un plato nutritivo que combina legumbres, especialmente garbanzos y habas, con diferentes tipos de carne, embutidos, verduras y, a veces, arroz. Esta receta refleja la cocina de montaña y el aprovechamiento de productos locales, ideal para los días más fríos. La olleta destaca por su sabor intenso y su capacidad para reunir en un solo plato la esencia de la tierra y la tradición alicantina.
- Embutidos artesanales: sobrasada, longaniza y butifarra, elaborados tradicionalmente. Su sabor auténtico y su textura equilibrada conectan la tierra y el clima mediterráneo. Estos embutidos no solo son un alimento, sino también una expresión cultural de la Marina Alta.
- Queso de cabra: su sabor suave o ligeramente ácido, dependiendo del grado de curación, lo convierte en un acompañamiento ideal para miel, nueces o incluso mermeladas caseras. Se sirve habitualmente como entrante o tapa en restaurantes de cocina tradicional. Este queso refleja la calidad del producto local y el vínculo entre el paisaje rural y la cocina mediterránea.
Dulces tradicionales de Teulada
Los dulces tradicionales de Teulada son la representación de su rica herencia cultural y gastronómica, donde la repostería casera cobra protagonismo en festividades y momentos especiales. Delicados bunyols aromatizados y los típicos pastissets rellenos de cabello de ángel o boniato son solo algunas de las delicias que endulzan la vida en esta localidad, invitándote a descubrir su sabor auténtico y artesanal.
- Bunyols: buñuelos suaves aromatizados con limón o anís, una tradición muy arraigada en festividades locales, como Fallas o Semana Santa. Se preparan con una masa ligera y esponjosa, a base de harina, levadura y agua (a veces con calabaza), que se fríe en abundante aceite hasta dorarse. Una vez fritos, se espolvorean con azúcar y se sirven calientes, muchas veces acompañados de chocolate caliente. Su sabor sencillo y tradicional los convierte en un clásico imprescindible de la cocina local, especialmente en celebraciones populares y mercados.
- Pastissets: empanadillas rellenas de cabello de ángel (elaborado con las fibras caramelizadas de la pulpa de varias frutas, calabazas, cayotes, pepinos, etc) o boniato. Tras hornearse, se espolvorean con azúcar glas, dándoles un acabado delicado y festivo. Son muy populares y representan la esencia de la repostería casera teuladina: sencillos, auténticos y llenos de sabor.
Alicante
La gastronomía alicantina captura la esencia del Mediterráneo en cada plato, donde el mar y la huerta se combinan para crear platos llenos de sabor y tradición. Arroces como el arroz del senyoret o la paella alicantina, junto con entrantes como el esgarraet, son imprescindibles para quienes desean disfrutar de la auténtica gastronomía alicantina, que destaca por su frescura y variedad.

Arroces (estrella de la cocina alicantina)
Los arroces de Alicante son una de las joyas culinarias más reconocidas de la región, combinando la tradición mediterránea con ingredientes frescos y de calidad. Desde el clásico arroz a banda, cocinado con caldo de pescado y servido aparte, hasta el arroz del senyoret, donde el marisco viene pelado para facilitar su disfrute, estos platos destacan por su sabor intenso y su gran variedad.
Cada receta refleja la historia y el carácter de la costa alicantina, convirtiendo al arroz en un auténtico símbolo gastronómico.
- Arroz a banda: arroz cocinado con caldo de pescado. Se elabora con un intenso caldo de pescado que aporta profundidad de sabor al arroz, cocinado de forma seca y sin tropezones. Antiguamente, los pescadores preparaban el arroz “a parte” del pescado (de ahí su nombre), sirviendo primero el pescado hervido y después el arroz cocido en su caldo.
- Arroz del senyoret: similar al anterior, pero con el marisco ya pelado. Su nombre hace referencia al "señorito", porque todos los ingredientes del mar. Los protagonistas son calamares, gambas y pescado, pelados y troceados y cocidos con el sofrito tradicional de tomate, ajo y pimentón.
- Arroz con costra : arroz con embutido y huevo batido gratinado al horno. Es un plato típico de la Vega Baja y otras zonas del sur de Alicante, con raíces profundas en la cocina de celebración. Se elabora con arroz, carne (habitualmente pollo, conejo o embutidos como longaniza y morcilla) y se cubre con una generosa capa de huevo batido. Tras cocerse el arroz al fuego, el conjunto se gratina en horno hasta que el huevo forma una costra dorada y crujiente, que le da nombre y carácter. Es un plato sabroso, reconfortante y muy representativo de la gastronomía festiva alicantina.
- Paella alicantina: a diferencia de la valenciana, esta versión se elabora principalmente con pollo, conejo, verduras de temporada como pimiento o judía verde y, en ocasiones, se añade garrofó, una variedad de alubia blanca típica. El arroz se cocina con un fondo sabroso enriquecido con ñora, ajo, tomate y pimentón, lo que le da un color más rojizo y un sabor más intenso. Esta paella se prepara en paellera, al fuego o en horno.
Dulces tradicionales de Alicante
La repostería de Alicante destaca por sus sabores auténticos y recetas tradicionales que han pasado de generación en generación. Entre sus especialidades más reconocidas está el turrón, famoso en toda España, pero también encontrarás dulces caseros como el pastel de boniato y la toña alicantina, símbolo de creatividad.
Cada bocado es una experiencia que une historia, tradición y el gusto por lo auténtico.
- Turrón de Jijona y Alicante: símbolo gastronómico de la provincia, hecho con almendra y miel. El turrón de Jijona es un turrón blando, hecho con almendras molidas y miel, que se caracteriza por su textura suave y cremosa. Por otro lado, el turrón de Alicante es duro y crujiente, compuesto por almendras enteras tostadas unidas con miel y azúcar, creando un contraste delicioso entre el sabor dulce y la textura firme. Ambos turrones son protagonistas en las mesas durante la Navidad y representan una tradición centenaria.
- Pastel de boniato: dulce típico de la gastronomía local en épocas festivas. Se elabora con boniato cocido y triturado, mezclado con azúcar, huevos, canela y a veces un toque de ralladura de limón o naranja, que le aporta frescura. La mezcla se hornea hasta obtener una textura suave y cremosa, similar a un flan o pudin, con un sabor dulce y delicado que recuerda al otoño y la tradición rural.
- Toña alicantina: se caracteriza por su textura esponjosa y su sabor suave, elaborado con ingredientes básicos como harina, azúcar, huevos, leche y anís, que le aporta un aroma característico. A menudo, se decora con azúcar o frutos secos y es habitual disfrutarla en el desayuno o la merienda acompañada de un café o chocolate caliente.

Otros platos típicos
Además de los famosos arroces y dulces, la gastronomía alicantina ofrece una variedad de platos tradicionales que merecen ser descubiertos. Desde el sabroso suquet de peix, un guiso marinero cargado de sabor, hasta el refrescante esgarraet, una ensalada de pimientos asados con bacalao, cada receta aporta un toque único que refleja la riqueza y diversidad culinaria de la región. No dejes pasar la oportunidad de probar estas joyas gastronómicas que completan la experiencia mediterránea.
- Suquet de peix: guiso marinero tradicional de la costa mediterránea, especialmente típico en zonas como la Comunidad Valenciana, Cataluña y las Baleares. Su nombre proviene del diminutivo de "suc", que significa “jugo” o “caldo” en valenciano/catalán, haciendo referencia al sabroso caldo que lo acompaña. Se presenta como un plato principal, caliente, servido en cazuela, y a veces acompañado de un poco de pan o arroz blanco. Es muy común en restaurantes junto al mar y también en casas de pescadores.
- Caldero: guiso marinero con arroz aparte, típico en Tabarca y Santa Pola. Es muy similar al arroz a banda, pero con su toque propio, ligado a la historia pesquera y cultural de la isla de Tabarca. Este formato en “dos platos” hace que sea una comida abundante, sabrosa y muy representativa de la cocina marinera alicantina.
- Esgarraet: ensalada de pimiento rojo asado con bacalao en salazón. Su nombre viene del verbo valenciano esgarrar, que significa "desgarrar" o "desmenuzar", ya que sus ingredientes principales —el bacalao y los pimientos asados— se presentan rasgados en tiras a mano. Esta ensalada templada o fría combina pimientos rojos asados, bacalao desalado en tiras, ajo laminado y un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra.
Nuestras recomendaciones
Si quieres disfrutar de la auténtica gastronomía alicantina, estos lugares son parada obligatoria:
- Según la puntuación de Tripadvisor, en Moraira, para probar arroces a banda, suquet de peix y mariscos frescos, es obligatorio parar en el Restaurante Casa Toni (consultar disponibilidad aquí), conocido por su calidad y ambiente tradicional. ¡Y ofrece ociones vegetarianas, veganas y sin gluten!
- Entre los mejores 10 Restaurante en Teulada, el Restaurante Las Vegas es uno de los mejores por calidad-precio. Se trata de una taberna familiar que ofrece platos caseros como la olleta alicantina y embutidos artesanales. ¡No te lo puedes perder!
- En Alicante, no puedes perderte las arrocerías del centro y la zona del puerto, como Nou Manolín, donde el arroz del senyoret y el esgarraet son protagonistas. "
"A lo largo de los años el Restaurante Nou Manolín se ha ganado un merecido prestigio avalado por los numerosos premios recibidos. Y es que, sin lugar a dudas, se ha sabido adaptar a las exigencias de una clientela cada vez más entendida. Te invitamos a que descubras la pasión de los platos en nuestra barra, y la delicadeza de nuestra carta degustada con sosiego en nuestros salones."
Finalmente, si decides alojarte en Finca Olivar, no solo estarás en un entorno natural privilegiado, sino que también podrás vivir la gastronomía tradicional alicantina desde cerca. Esta finca ofrece experiencias gastronómicas con productos locales, permitiéndote conectar con la cultura y los sabores auténticos de la región durante tu estancia.
Conclusiones
Recorrer la gastronomía de Moraira, Teulada y Alicante es mucho más que comer bien: es sumergirse en una cultura rica en sabores, tradiciones y paisajes mediterráneos. Desde los intensos arroces frente al mar hasta los dulces caseros elaborados con recetas de toda la vida, cada plato cuenta una historia local, sencilla y auténtica.
La diversidad culinaria entre estos pueblos —con su mezcla de mar y montaña, de pescados frescos y guisos de interior— convierte esta ruta en una experiencia imprescindible para cualquier viajero amante de la buena mesa.
En definitiva, la encantadora tierra de Alicante no solo se explora caminando, sino también saboreando. Cada bocado es una caricia al alma, una historia contada en aromas y sabores que permanecen mucho después del último sorbo de vino o del último rayo de sol sobre el plato.
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